No es solo lo ocurrido en verano. El 22 de marzo, una enorme tormenta solar produjo vistosas auroras alrededor de los polos, bombardeando la Tierra con una energía suficiente para brindarle electricidad a todas las viviendas de Nueva York durante dos años, apuntó a la revista elcolombiano.es, Martin Mlynczack , del Centro Langley de la Nasa.
Aunque la incidencia sobre los sistemas de interconexión eléctrica es más sentida hacia las latitudes altas, otras regiones del planeta no están exentas. A comienzos de agosto, R. A. Marshall y otros científicos presentaron una afectación solar en Nueva Zelanda, situada entre los 35 y 46 grados sur.
¿Podría ocurrir de nuevo tan poderosa explosión solar? “Una tormenta similar nos noquearía”, dijo Lika Guhathakurta , física solar en la Nasa. “La sociedad moderna depende de sistemas de alta tecnología como redes eléctricas inteligentes, GPS y comunicaciones satelitales, todos ellos vulnerables”.
elEconomista.es
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