Mientras terroristas financiados
por la OTAN colapsan en la ciudad de Damasco y al norte de la ciudad de
Aleppo, Israel y Turquía preparan un ataque inminente.
Una propaganda histérica se ha amplificado más y más desde el lunes pasado, cuando el Ministro de Exterior de Siria Jihad Makdissi insistió
en que si Siria tenía cualquier arma no convencional, éstas estarían
bajo una estricta seguridad y que sólo las usarían contra una agresión
extranjera. Makdissi luego clarificó en detalle sus dichos, insistiendo
en que su comentario no implica de ninguna manera que Siria posea tales
armas (WMD, de destrucción masiva).
A pesar de esto, la prensa de Occidente ha comenzado el ya conocido
mantra de las “armas de destrucción masiva” (WMD), utilizado antes de la
invasión a Irak, donde mentiras descaradas e invenciones basadas en
conocimiento dudoso de información de inteligencia, fueron escogidas
específicamente para armar la línea narrativa que Occidente vendió a la
opinión pública.
La culminación de esta campaña de propaganda se refleja en el
gobierno y el pueblo de Irak, de los cuales más de 2 millones murieron
entre las sanciones antes de la guerra y tras la invasión y ocupación de
Occidente. La fuente de inteligencia primaria de Occidente, Rafid Ahmed
Alwan al-Janabi, (cuyo nombre en código es “Curveball”) admitió haber
mentido sobre las armas de destrucción masiva diciendo: “Tuve la
oportunidad de fabricar algo para derrocar al régimen.” En otras
palabras, como The Guardian titula en su artículo, “Desertor admite mentiras de WMD que provocaron la guerra de Iraq”.
Ahora en Siria tenemos a otro “desertor”, el desacreditado, ex embajador de Siria en Irak, Nawas Fares,
claramente fabricando historias fantásticas para socavar al gobierno de
Siria y darle a Occidente el ímpetu que necesita para una intervención
militar más amplia, especialmente desde que el “Ejército Libre Sirio” de
la OTAN ha sufrido derrotas catastróficas en Damasco, y ahora en
Aleppo. Fares señaló saber que las armas de Siria estaban siendo movilizadas y que el gobierno planeaba utilizarlas.
En base a esto, Reuters reportó, “Rebeldes de Siria: El régimen de Assad movió armas químicas a sus fronteras”,
citando a los engañosos líderes del “Ejercito Libre Sirio” y nada más
que eso. Israel y Turquía se han estado preparando para un ataque contra
Siria, para salvar la vacilante ofensiva de los rebeldes sirios que
comenzó Damasco, pero que ya ha sido reprimida y que ahora está cayendo
en Aleppo. Los israelíes en particular han declarado que atacarán
para prevenir que las armas de destrucción masiva “caigan en manos de
Hezbollah”, una retórica encubierta que están usando para lanzarse en
picada y salvar su fallida campaña para derrocar al gobierno de Siria.
Se cree que los terroristas de la OTAN y los estados del Golfo han
alcanzado su límite máximo en su capacidad para desestabilizar a Siria, y
que Occidente reconoce la necesidad de ataques limitados para paralizar
al gobierno sirio que permanece intacto, coherente, y lejos de
“derrumbado” como los medios occidentales han intentado, pero fallado en
retratar. El veterano diplomático Indio, M K Bhadrakumar, escribió lo
anterior en su más reciente análisis titulado, “El levantamiento y la caída de la Turquía de Erdogan”.
Sin embargo, un pretexto para tal ataque debe ser inventado, y han
habido serias advertencias de analistas y la prensa internacional sobre un posible ataque de bandera falsa de armas químicas
llevado a cabo por la OTAN y sus células, para ser adjudicado luego al
gobierno de Siria, dándole a la OTAN, Israel, y los estados del Golfo,
el ímpetu que han buscado para una intervención militar mayor.
La retórica histérica proveniente de Occidente es directamente proporcional a la escasa suerte de sus células territoriales, (los “rebeldes sirios”).
Luego de un año y medio intentando derrocar al gobierno de Siria y su
pueblo, sólo un conjunto de ciudades custodiadas por militares turcos en
la frontera están en manos del Ejército Libre Sirio, siendo sus ataques
reiteradamente repelidos a lo largo del país, con la opinión pública
mundial comenzando a volverse contra ellos. Occidente sigue pagando el
precio de sus mentiras tras la condenada invasión y ocupación de Irak,
pero parece estar preparado para profundizar aún más su depravación.
Difunde la información y recuerda al público el resultado de los
últimos cuentos sobre armas de destrucción masiva, reales o imaginarias,
utilizados para justificar una guerra de agresión.
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