Una florista colombiana que vive allí y expertos en física nuclear la explican esta situación.
Y aunque residen en Yamanashi, región central a 97 kilómetros de Tokio, sí han padecido los estragos de la catástrofe. "Estaba en mi trabajo cuando empezó a temblar fuertemente, tanto, que hasta mis compañeros se asustaron, aunque ellos están acostumbrados a los sacudones. No podía comunicarme con mi esposo porque los teléfonos colapsaron. Supimos que estábamos bien por Internet. Luego nos intranquilizamos al no saber nada de mi suegra, que ese día regresaba de Colombia. Cinco horas después nos contactó y dijo que el avión había aterrizado de emergencia en una base norteamericana, porque estaba cerrado el aeropuerto de Tokio", recuerda.
Sin embargo, las dificultades se han incrementado con los días. Como esta colombiana, de 25 años, que vive allí desde noviembre de 2009, miles de japoneses no han podido ir al trabajo porque varias de las vías principales que intercomunican las ciudades han sufrido averías y por ahora están cancelados los viajes en tren. ¿Y la comida? "Un día después del terremoto fuimos a hacer mercado y ya no había nada en las estanterías. Además, hemos tenido que comer muchos enlatados porque las frutas y las verduras no se pueden refrigerar por la falta de luz. Las pocas provisiones que llegan a la ciudad son estrictamente supervisadas por las autoridades para cerciorarse de que no estén contaminadas con radiactividad; están manipulando todo lo que comemos", explica. Aún así, no han contemplado regresar. "La situación está difícil, pero no queremos salir del país", aunque la cancillería ha ofrecido la oportunidad a todos de retornar a Colombia. "Se han sentido muchas réplicas, como el temblor del miércoles (16 de marzo), que nos dio otro gran susto. Sin embargo, estamos tranquilos y a la espera de lo que pase con la planta nuclear", concluye.
De la catástrofe a la amenaza nuclear
Las más de 17 mil víctimas que dejó el tsunami (6.911 muertos y 10.319 desaparecidos, según el último reporte oficial al cierre de esta edición), y el medio millón de damnificados que sobreviven en temperaturas bajo cero, parecen haber pasado a un segundo plano tras la situación de la central nuclear de Fukushima I (una planta de seis reactores con capacidad de producir 4,7 gigavatios). Una serie de explosiones obligó a crear una zona de seguridad de 30 kilómetros alrededor, evacuando a los residentes de la zona y solicitando a quienes viven en las localidades próximas permanecer en casa, con las puertas y ventanas selladas y sin utilizar los sistemas de ventilación, pues las partículas radiactivas dispersas en el aire alcanzaron niveles 10 veces superiores a los soportados por los humanos.
Más información: Iaea.org / Unal.edu.co
¿Hay por qué alarmarse?
Según Aída Vila, portavoz de la campaña de energía de Greenpeace en España, "no hace falta que en una nación haya un terremoto o un tsunami para que las centrales nucleares entren en situación de crisis". Sin embargo, la física médica María Cristina Plazas, profesora del departamento de física de la Universidad Nacional, señala que "no vale la pena entrar en pánico". ¿La razón? "Las medidas de precaución a nivel local en Japón ya se tomaron". Uno de los últimos informes del Organismo Internacional de la Energía Atómica expuso que "la situación en los reactores dañados de la central nuclear japonesa de Fukushima sigue siendo muy seria", lo que elevó la alerta a grado cinco (de mayor alcance, no solo local). Por esta razón, alrededor del mundo se han desatado protestas en contra de la campaña nuclear de diferentes potencias, en las que piden seguir el ejemplo de Alemania, que cerró siete centrales antiguas. En España, por ejemplo, 100 personas reclamaron en la plaza del Temple de Valencia por la prolongación de la actividad en la Central Nuclear de Cofrentes bajo el lema 'Vivir las fallas sin nucleares', mientras que activistas ecológicos extendieron una pancarta con el mensaje 'No Nuclear en Chile', frente al Palacio de la Moneda en Santiago, repudiando el acuerdo de cooperación nuclear entre el país austral y Estados Unidos. Si quieres sentar tu posición, puedes ingresar a portales como Greenpeace.org o Ecologistasenaccion.org, o unirte a sus grupos en Facebook.
Japón en cifras
El 25 por ciento de la energía japonesa proviene de reactores nucleares.
1,5 millones de personas resultaron afectadas por la falta de agua potable.
36 temblores, con intensidades entre 4 y 6 grados, se presentaron entre el 11 y el 17 de marzo.
80 mil personas han estado trabajando como socorristas.
357 billones de pesos se estima serían las pérdidas económicas de Japón.
200 mil barriles diarios de petróleo necesita Japón para suplir la falta de energía.
2.700 centros de albergue se están utilizando para 550.000 damnificados.
850 mil hogares quedaron sin energía durante los primeros días después del tsunami.
Fuente: http://www.eltiempo.com/
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