Esta vez, quiero hablarles de un tema que me parece sumamente interesante, aunque no por la temática intrínseca del mismo, sino por sus connotaciones derivadas.
El por qué del artículo de hoy obedece a dos cosas. La primera es que voy a hablar de un echo de cierta relevancia. La segunda es que servirá de “termómetro” para cuantificar según que cuestiones.
Este nuevo artículo es otro de esos sobre objetos espaciales que parece ser, amenazan nuestro planeta. Así que avisados quedan.
Resulta que en el año 2010 el telescopio de Monte Arecibo en Puerto Rico fotografió un asteroide del tamaño de un portaaviones.
El nombre que se le asignó fue el de 2005 YU55, mide unos 400 metros de diámetro y pasará entre la Tierra y la Luna – tan sólo a 324.600 kilometros de la Tierra (esto representa un 85% de la distancia de la Tierra hasta la la Luna) – el día 8 de noviembre.
La Luna se encuentra a una distancia media de 384.000 kilómetros, por lo que estará más cerca de nosotros que nuestro propio satélite natural (que es una mole de 7,349 × 1022 kg, con un diámetro promedio de algo más que 3.400 km).
He de decir que no corremos peligro alguno debido a que la trayectoria que el objeto 2005 YU55 desarrollará.
Tampoco tendrá efecto gravitatorio sobre la Tierra debido a su pequeño tamaño (400 m, frente a los 3.400 promedio de la Luna), así que no hay que temer movimientos extraños en las placas tectónicas, mareas, volcanes, terremotos…
El asteroide tal, por si alguno se perdiera el evento de observación, volvera a pasar una segunda vez en 2028.
Y no deja de resultar curioso de ver que cuando sucedió el asunto “Elenin” se puso el grito en el cielo pese a ser este un corpúsculo ridículo, a una distancia vastante superior (en torno de 90 veces la distancia que separa a la Tierra de la Luna), condenado a la desaparición – que ya se ha producido – por su acercamiento al sol y el proceso de gasificación y pulveración del mismo.
Ahora, con un proyectil de 400 metros de diámetro, con varias toneladas de peso, de roca sólida (presumiblemente hierro, que viene siendo la composición de estos bólidos), no se dice absolutamente nada. Y no es que haya que decir algo más que lo que aquí se expone – quizás que la aproximación ocurrirá a las 23.28 UT (una hora más en España y, por lo tanto, el miércoles día 9) – pero creo que eso demuestra el sensacionalismo imperante, la necesidad de ciertos individuos de captar la atención sobre su persona y lo que digan y sobre todo un miedo atávico a que el cielo caiga sobre nuestras cabeza. Miedo este, que en no pocas ocasiones es floreado con lírica monástica, tan obsoleta como rancia.
Pues ya lo saben: Mañana pasará un asteroide muy cerca de la Tierra.
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