El ‘proyecto anti-Assad’ fue lanzado por Occidente mucho antes de que estallara el conflicto
Varios de los líderes de la oposición siria están
relacionados con la maquinaria anglo-americana de cambio de regímenes
que puso su atención en el país árabe en 2005.
Una cantidad de personalidades clave de
la oposición lleva mucho tiempo en el exilio y empezó a recibir apoyo
financiero del Gobierno de EE.UU. para derrocar a Al Assad mucho tiempo
antes de que estallara la primavera árabe.
Esos portavoces de la democracia abogan
por una intervención militar extranjera en Siria, lo cual los convierte
en aliados lógicos de los neoconservadores estadounidenses que
respaldaron la invasión en Irak bajo el presidente George W. Bush y que
están presionando al Gobierno de Barack Obama para que intervenga en
Siria.
Por eso varios representantes de la
oposición ya han encontrado apoyo y en algunos casos incluso
desarrollado relaciones lucrativas con los abogados de la intervención
militar en ambos lados del Atlántico, escribe el diario ‘The Guardian’.
Las fuentes más citadas de la oposición
son los representantes oficiales del Consejo Nacional Sirio (CNS),
reconocido en los medios occidentales como la principal coalición
opositora. Establecidas unas relaciones más estrechas con Occidente, el
CNS lleva llamando a una injerencia militar extrajera ya desde las fases
iniciales del conflicto.
Los grandes medios occidentales se
limitan habitualmente a formulaciones tales como “portavoz” o “activista
prodemocrático” sin escrutar sus historiales ni lazos políticos. Sin
embargo, varias de esas fuentes están relacionadas con el negocio
anglo-americano de cambio de regímenes.
Bassma Kodmani
De los portavoces del CNS, el de mayor
importancia es Bassma Kodmani, miembro del comité ejecutivo del Consejo y
responsable de las relaciones exteriores.
Este año Kodmani estuvo presente por
segunda vez una reunión del Club Bilderberg, una asociación cerrada de
personalidades influyentes en el mundo político y económico que muchos
creen tiene las riendas del poder mundial.
Para la conferencia de 2008 fue
registrada como ciudadana francesa, pero en 2012 su nacionalidad
desvaneció y fue listada como “internacional”.
Un poco antes, en 2005, Kodmani trabajó
en El Cairo en la Ford Foundation, una organización sin ánimo de lucro
que promueve la democracia y el desarrollo humano, como directora del
programa de gobierno y cooperación internacional.
En aquel entonces las relaciones entre
EE.UU. y Siria se estropearon y Washington llamó a su embajador en
Damasco. “La oposición siria empezó a recibir dinero estadounidense
después de que George W. Bush congelara de hecho los vínculos políticos
con Damasco en 2005”, escribe ‘The Washington Post’.
En septiembre de 2005 Kodmani fue
nombrada consejera general de Arab Reform Initiative (Iniciativa para
una Reforma Árabe), un programa de investigación política lanzado por el
Consejo de Relaciones Exteriores (CRE), un poderoso grupo de presión de
EE.UU.
El proyecto goza del apoyo de la élite
de los servicios secretos y del sector banquero estadounidense, al que
se junta la supervisión financiera de Center for European Reform, con
sede en Londres y vínculos con el mundo banquero, diplomático,
industrial y del espionaje británico.
Además, Kodmani cuenta con credenciales
impecables en la diplomacia internacional: ocupa el cargo de directora
de investigación de la Academia Internacional Diplomática, una
institución independiente encabezada por Jean-Claude Cousseran, ex jefe
de la inteligencia extranjera de Francia.
Radwan Ziadeh es el director para
relaciones exteriores del CNS. También es miembro del US Institute of
Peace, un centro de estudios en Washington financiado por el Gobierno
estadounidense. En febrero pasado se unió a los representantes de la
élite política estadounidense que firmaron una carta dirigida a Obama
solicitando una intervención en Siria.
Especialistas en relaciones públicas
Ausama Monajed a menudo aparece como
experto en programas televisivos. También lleva un blog en ‘The
Huffington Post UK’ y no trata de suavizar sus comentarios: “Vemos a
civiles masacrados y niños asesinados y mujeres violadas en la pantallas
de televisión todos los días”.
Monajed es asesor del presidente del CNS y el fundador de Barada Television, una cadena opositora con sede en Londres.
En 2008 estuvo en Washington, entre los invitados a un almuerzo con George W. Bush.
El año pasado el ‘The Washington Post’
citó filtraciones de correspondencia diplomática divulgadas por
WikiLeaks que señalan que el Departamento de Estado asignó al menos 6
millones de dólares para el canal Barada y otras actividades en Siria a
través del Movimiento para la Justicia y Desarrollo, con sede en el
Reino Unido.
Monajed tiene vínculos estrechos con
Michael Weiss, uno de los más citados expertos occidentales sobre Siria y
un vehemente partidario de la intervención militar en el país árabe. Es
director para relaciones públicas en Henry Jackson Society, un centro
de estudios sobre política extranjera con sede en Londres.
Monajed es también el jefe de Hamza
Fakher, especialista en relaciones públicas frecuentemente citado como
fuente videdigna sobre los crímenes del régimen de Al Assad.
“Están vendiendo la idea de
intervención militar y cambio de régimen que los principales medios
tienen ansias de comprar”, escribe ‘The Guardian’.
Considerando los vínculos que los
líderes opositores tienen con Washington y Londres, es decir los que
realizarían la intervención, el rotativo deduce que “la información y
estadística de esas fuentes no son necesariamente noticias sino más bien
se trata de una campaña publicitaria, una campaña relaciones públicas”,
añade el diario.
Cuenta de víctimas desde el Reino Unido
Para presentar una intervención como
“inevitable” se enumeran en los medios varias atrocidades, bombardeos y
violaciones de derechos humanos presuntamente cometidos por el gobierno
de Al Assad.
Como fuente de una avalancha de estos
datos destaca el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el
Reino Unido. Es muy difícil encontrar un medio que no lo cite. ¿Pero
quiénes son? “Es Rami Abdulrahman, que reside en Coventry”, Reino Unido,
escribe ‘The Guardian’.
“Cuando no responde a las llamadas de
medios internacionales, Abdulrahman está en su tienda de ropa que
gestiona con su esposa, ubicada a pocos minutos de su casa”, según un
informe de Reuters en diciembre pasado.
No hay escasez de noticias sobre el
conflicto en Siria. Sin embargo, mientras no se escruten las fuentes de
información, la máquina de la guerra informática va a ganar terreno.
Pero la democracia que publicitan los apasionados enemigos del
“autoritario” gobierno de al Assad de ningún modo garantiza que en caso
de su caída el país siga siendo independiente.
Fuente : RT
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