“La idea de que el euro ‘fracasó’, es peligrosamente ingenua. El euro está haciendo exactamente lo que previó y planeó que hiciera su progenitor, y el 1% de ricos que lo adoptaron”.
Así lo escribió ayer Greg Palast en el diario Guardiande
Londres, y señala que Robert Mundell, el progenitor del euro, lo vio
como “un arma que podría hacer desaparecer las leyes y las regulaciones
laborales del gobierno”. Palast agregó que “lo conocí [a Mundell] a
través de sus conexiones con mi profesor de [la Universidad de] Chicago,
Milton Friedman”.
Palast describe la visión de Mundell: “Mundell explicaba que el euro
haría realmente su trabajo cuando la crisis golpeara. Eliminando el
control de los gobiernos sobre la moneda impediría a los pequeños
desagradables funcionarios electos utilizar los jugos monetarios
keynesianos y fiscales para sacar a una nación de la recesión.
Él decía que ‘esto pone a la política monetaria fuera del alcance de
los políticos’. Y ‘sin política fiscal, la única forma en que las
naciones pueden mantener los empleos es mediante la reducción
competitiva de las normas empresariales´.
Se refería a las leyes laborales, regulaciones ambientales y, por
supuesto, los impuestos. El euro eliminaría todo eso. No se permitiría
que la democracia interfiera con el mercado”, o las cañerías.
Palast sigue: “Mundell me explicó que, de hecho, el euro es parte de
la Reaganomics [término que se utiliza para describir la política
económica del gobierno de Ronald Reagan en Estados Unidos, delineada por
Milton Friedman]:
‘La disciplina monetaria obliga también a la disciplina fiscal a los
políticos’. Y cuando surgen las crisis, las naciones desarmadas en lo
económico no tienen mucho que hacer más que eliminar las regulaciones
gubernamentales por completo, privatizar masivamente las industrias del
estado, recortar los impuestos y enviar el estado de bienestar europeo
por el drenaje”.
Palast señala que el término “reformas estructurales” es “un
eufemismo para los esquemas para exprimir al trabajador”, y agrega que
la “unión monetaria es una lucha de clases por otros medios”. Concluye
en que “lejos de fracasar el euro, que fue el bebé de Mundell, su éxito
probablemente ha superado los sueños más ambiciosos de su progenitor”
Por Larouche
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